El pasado jueves 13 de noviembre, Óscar Corominas impartió una conferencia que llevaba por título “Gestión de la Incertidumbre”. La principal idea que quiso transmitir a los asistentes fue sencilla pero también cargada de mucho fondo y contenido: la incertidumbre existe en la vida de cualquier persona, no obstante, que nos afecte realmente dependerá de nosotros mismos y de cómo la integramos en nuestra vida.
Relacionado con la incertidumbre están, en primer lugar, los miedos. Son ellos situaciones, hechos, acontecimientos; que tienen que ver con un momento que no es real: el futuro. La incertidumbre es el no saber, pero el no saber no es en sí mismo malo. Se convierte realmente en algo perjudicial cuando lo enfocamos como algo que deberíamos controlar.
Este modo de plantearnos la vida es lo que permite que podamos construir nuestra vida en presente, que es el único momento real. Como tal, es el único en el que merece la pena centrar nuestra atención. Lo pasado, que también puede generar frustraciones que alimentan miedos, tampoco es real; quizá lo fue, pero ya pasó. Así, destacaba Óscar que hoy día muchas personas necesitan pararse a pensar. Necesitan darse cuenta de que el único momento que deberían vivir con intensidad se lo pierden por estar constantemente mirando hacia atrás o hacia adelante.
Muy relacionada con la cuestión del presente encontramos otro factor importante: la diferenciación entre ser y hacer. El presente es el único momento de nuestra vida que no permite que se introduzca el miedo. Cuando vives realmente el presente quiere decir que estás centrado en tu ser, y tu ser no es tu hacer ni tu cumplir… Así, lo que nos absorbe o nos desborda en el día a día, si lo vivimos en presente, simplemente lo vivimos, y entonces ya no nos absorbe ni nos consume: vivimos interiorizando nuestra vida y siendo protagonistas de ella. Vivir el presente es ser dueño de la propia vida; vivir en pasado o futuro es hacer que la vida sea la que nos lleve.
Aunque algunas de las cuestiones puedan parecer confusas, Óscar trató siempre de hacer ver a los asistentes que la vida en presente no es incompatible con poder proyectar futuro. De hecho, destacó que sólo es posible proyectar realmente un futuro realista si estamos en el ser y en el presente. El que así vive sabe sacarle el mejor provecho a lo bueno que el pasado tenga que decirle y mirar de forma realista hacia las ilusiones del futuro.
Como consejo práctico a todas estas cuestiones, Óscar hizo especial hincapié en la lectura. Leer de forma consciente implica un esfuerzo por concentrarse en el momento presente. Una fórmula sencilla y asequible para todos y que genera orden en nuestra vida.
6 diciembre, 2014 - 22:47
Muy interesante y práctica la reflexión. Sin embargo, me parece que no es fácil vivir el presente de modo pleno en sociedades desorganizadas o en las que la gente se ve sometida a un presente sin futuro, con la preocupación de “qué comeré mañana”. Quizá en el primer mundo, debido a la crisis económica, muchas familias vivan esa angustiante situación.