El pasado 21 de noviembre, Óscar Corominas impartió el séptimo taller en Fundación Summa Humanitate. Con la mirada puesta en los miedos, la sesión tuvo como fin hacer reflexionar a los asistentes sobre los aspectos positivos de una vida dotada de sentido, en donde la confianza se imponga sobre los miedos. Quedó claro que es posible que identifiquemos nuestros miedos para poder convivir con ellos.
En primer lugar, Óscar trató de hacer distinguir bien cuál es la diferencia entre confianza y control. Casi siempre tendemos a confundir esta cuestión. Pensamos que, cuanto más atada esté nuestra vida y más control tengamos sobre ella, los miedos desaparecerán y podremos vivir confiando. Lejos de ser verdad, un control excesivo impide poder confiar verdaderamente y los miedos se acrecientan. El miedo se alimenta de ese control y aparecen otros nuevos.
Destacaba Óscar que los miedos ni se eliminan ni se reducen. Para tratar con ellos lo mejor que podemos hacer es intentar un pacto. Al ser como fantasmas que pululan por nuestra vida impidiéndonos ver lo que tenemos delante, lo mejor es tratar de identificarlos, poniéndoles nombres y apellidos, y así poder gestionarlos.
He aquí las claves de una vida en plenitud. Todo hombre va a contar siempre con numerosos miedos y circunstancias adversas en su vida. No obstante, si somos conscientes de ello para paliarlo de forma inteligente, conseguiremos sacar siempre algo positivo de las situaciones. En sí mismo, tener miedo no es malo y es algo muy humano. El problema es dejar rienda suelta a esos miedos, que nos controlarán y vivirán nuestra vida por nosotros.
De nuevo aparece un tema transversal que ha estado presente en todos los Talleres anteriores: la vida en presente centrada en nuestro ser es lo fundamental para una vida plena. Al vivir en presente podemos confiar. El futuro lo proyectamos, pero no nos mantiene en vilo. El pasado, por su parte, sabemos verlo con distancia y sacar lo bueno que nos pueda aportar. Óscar señalaba que el ser humano es un ser al que le es propia la vida en presente. A diferencia del animal podemos proyectar futuro y tener una memoria del pasado, y además podemos ser conscientes de lo que tenemos aquí y ahora para disfrutarlo y vivirlo de una manera consciente. Nosotros los hombres, los seres humanos, estamos diseñados para eso. Estar en presente es poner nuestra cabeza en el lugar que le corresponde.
Las bases y prejuicios que tenemos instalados en nosotros mismos, conformadas por todo nuestro pasado, es algo que genera muchos miedos. Hay que separarse de ellos y observarlos, dejándolos reposar y madurar. Esto, verdaderamente, sólo lo conseguiremos con vida vivida en presente y mucha paciencia.
El amor hacia nosotros mismos, además, es un tema muy relacionado con este. Como dijo Marianne Williamson, nuestro verdadero miedo es aceptar que hemos nacido para brillar. Esto quiere decir que la vida supone un compromiso muy positivo, cargado de optimismo hacia nosotros mismos. Como remarcaba Óscar, siempre podemos hacer de esta vida un motivo de sentido y de plenitud. Esto supone enfrentarse a diario a nuestros miedos y obstáculos. Nadie que se haya enfrentado a ellos verdaderamente no ha alcanzado plenitud vital y felicidad.
Primero estamos nosotros. Querernos a nosotros mismos, que pasa por conocernos de una forma realista, no es en ningún sentido egoísta. Con ello tenemos los ingredientes para poder ser felices y ayudar a que los demás también lo sean.
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